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24 horas para sobrevivir

Adaptación cinematográfica del célebre videojuego, Until Dawn apuesta por una experiencia de terror más tradicional. David F. Sandberg entrega una película efectiva en lo que propone: asustar al espectador y explorar arquetipos modernos en un slasher que se siente artesanal.

 

Until Dawn es la transposición del famoso juego interactivo que salió en el 2015. Aquel videojuego tenia la particularidad de que el jugador podía tomar las decisiones de los personajes y en base a eso sufrir las consecuencias, una especie de “Elige tu propia aventura” para la generación gamer.

Esta película toma el título y el setting pero prefiere ir por otro lado. Decisión lógica si se tiene en cuenta la diferencia entre el cine y los videojuegos: en la sala somos apenas espectadores pasivos que atestiguamos el porvenir de los personajes. Until Dawn entiende eso pero también que esos mismos personajes pueden sufrir una y otra vez a merced de un dios imperioso.

En este caso Until Dawn toma como referencia a Cabin in the Woods (2010, Drew Goddard), que presentaba la misma trama para pensar qué estaba ocurriendo con el cine de terror con sus responsables y adónde iba su público. Las intenciones del director David F. Sanberg son mucho más humildes y también, por qué no, limitadas. Si bien se puede pensar como una especie de lectura sobre el cine de terror, el ya experto en el género por películas como Lights Out (2016) y Anabelle: Creation (2017) prefiere concentrarse en crear escenas de terror. De ese lado, por momentos, Until Dawn funciona muy bien. Su director entiende que para que una escena de terror funcione necesita de una ambientación oscura, el uso del silencio y la ralentización del tiempo para crear tensión, y lo logra. Pero ocurre que una vez que se descubre el truco las escenas de terror van perdiendo su magia y lo que queda es ser conscientes del trabajo de un artesano que hace lo imposible para asustar al público. 

Donde también funciona Until Dawn es en el trabajo de las relaciones de sus personajes. Todos ellos conforman a un estereotipo moderno, pero eso les sirve a sus los guionistas (Gary Dauberman y Blair Butler) para explorar a cada uno de ellos. Sería un error quejarse de que hay poco desarrollo de ellos cuando la historia que transcurre en apenas 24 horas y apenas pocos espacios así lo dicta.

También es cierto que Until Dawn tiene infinidad de problemas, la mayoría provenientes del guion que presenta arbitrariedades y decisiones incoherentes, pero también es válido entender que la película no se presenta más que una experiencia de entretenimiento y a veces el cine es solo eso. No lo pienses, disfrutalo.