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Entre mujeres solas

Tú me abrasas es una adaptación de Espuma de Mar un capítulo del libro de Cesare Pavese de 1947 Dialoghi con Leucò. Frente al mar, la antigua poeta griega Safo y la ninfa Britomartis discuten sobre la pasión y la muerte. Los mitos cuentan que Safo se arrojó al océano a causa de un amor no correspondido, y que Britomartis sufrió una caída parecida pero por accidente mientras huía de un hombre que la acosaba. Todos los domingos de febrero a las 20 h en Malba.

 

“2/Octubre/1936. Estoy desolado por haber descuidado siempre hasta ahora las formas, las maneras, por no haberme hecho un estilo de comportamiento. ¿Por qué las mujeres en general tienen mejores maneras que los hombres? Porque deben esperarlo todo de su efecto formal, mientras los hombres lo esperan todo del contenido de sus actos. Hay que volverse más mujer”, escribe Cesare Pavese en sus diarios muchos años antes de su suicidio. Estas líneas son retomadas por Ricardo Piglia en Un pez en el hielo, un relato corto de su primer libro La invasión. Es una cita literal enmarcada en el contexto de una ficción. En el cuento se narran las ya famosas desventuras de Emilio Renzi donde el protagonista va a Roma por dos razones: investigar sobre la vida del escritor de los diarios y olvidar a una mujer. Lo primero lo logra, lo segundo no.

Cesare Pavese, al igual que en el relato de Piglia, es el punto de partida para Tú me abrasas (2024), la última obra cinematográfica de Matías Piñeiro que se presentó en la Berlinale y actualmente está siendo proyectada en el Malba. La película es una adaptación de “Espuma de mar”, un capítulo de Diálogos con Leucó donde se abordan las historias de Safo y Britomartis. Dos mujeres mitológicas que dialogan entre tristezas y preguntas. Nuevamente Piñeiro, al igual que Piglia, aborda el mundo femenino.

Las mujeres y sus distintos vericuetos o destinos son el motor del relato. En la película tenemos a María Villar y Gabi Saidon, que interpretan a las dos figuras griegas del relato. En la pantalla son seres mitológicos siendo interpretados por mortales que mandan mensajes de texto por celular y deambulan entre distintas ciudades europeas aggiornadas al siglo XXI. Es la mezcla entre el pasado y el presente lo que genera una sinergia de sentidos que hacen explotar la narrativa hacia distintos lugares. Lo que hace el desfase de tiempos es producir nuevas búsquedas, nuevas aventuras basadas en viejos relatos. Safo y Britomartis acompañadas por la voz de Agustina Muñoz se convierten por el arte de la subversión en el relato de una amiga, en el chisme de la sobremesa.

Este último film de Piñeiro se empieza a alejar de sus primeras obras más clásicas y se adentra en el terreno de lo experimental, algo que ya se había empezado a delinear con los colores y las formas a lo Josef Albers en Isabella (2020). Si bien en la saga dedicada a Shakespeare con películas como Viola (2012) o La princesa de Francia (2014) nos encontrábamos con una estructura narrativa circular y despojada de barroquismo, en Tú me abrasas no tenemos una sola historia sino la bifurcación de diversos relatos, la expansión hacia la nada de la narrativa. Lo experimental no solo se encuentra en lo que se cuenta sino también en lo que se muestra. La película es una sucesión de planos casi inconexos que se concatenan con las palabras y generan un ritmo de la imagen fragmentario. La experiencia se asemeja a ver proyectado un álbum de diapositivas producto de un viaje exótico por acantilados y museos mientras una voz en off relata la travesía con sus debidas reflexiones, sus comentarios.

La cita de Pavese del cuento de Piglia en el comienzo también viene al caso ya que el film es sobre todo un subrayado de la nota al pie. Es decir, una obra hecha de intertextualidades que se desplazan de un lado hacia el otro sin motivo aparente más que el de la curiosidad. Cesare Pavese, un escritor italiano, escribe sobre Safo, una poetisa griega. Safo dialoga con Britomartis, una diosa que muere al tirarse de un acantilado escapando de un hombre. Safo también muere al tirarse de un acantilado, pero a diferencia de Britomartis, que lo hace huyendo de una violación, su muerte es producto de un amor no correspondido. Se dice que Pavese también murió por amor. Ahí aparece Alfonsina Storni, quien parece reunir todas las cualidades: escritora, poeta, el acantilado, el mar, el desamor, el suicidio. La película es una cita detrás de otra que trae palabras e imágenes interconectadas que alientan la curiosidad. Un espectador atento puede que salga de la sala de cine preguntándose por los fragmentos perdidos de Safo o la relación de Pavese con la izquierda italiana.

Como resultado final, Tú me abrasas es una experiencia estética y el ensayo poético de alguien que cada vez más juega con las formas y los colores como solo lo hacen los niños que están descubriendo el mundo. No puede ser fácilmente englobado en los términos de documental o ficción ya que son las dos cosas. Una conjunción de escenas disímiles que se empastan en el terso movimiento del celuloide y crean mundos nuevos. “Todo muere en el mar y revive” se escucha en la película. Esta obra así lo demuestra. Las historias de los muertos inspiran a estos amores contemporáneos.