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Las grandes bestias pop

Godzilla y King Kong ya no pelean. Dos de los monstruos más famosos de la historia del cine se ven obligados a unir fuerzas para detener a una amenaza mayor que pone en peligro al planeta Tierra.

 

Nadie debería atreverse a enumerar razones por las cuales hay que ir al cine a ver una película que lleva el título de Godzilla y Kong: El nuevo Imperio. Es muy fácil. ¡Está King Kong! ¡Está Godzilla! Y esa y significa que ¡pelean en el mismo equipo! Tras la película que los enfrentó en 2021 (y que quedó en el buen recuerdo del público porque fue una de las primeras en estrenarse cuando reabrieron los cines durante la pandemia), el primate y el dinosaurio más famosos de la historia del cine se verán las caras nuevamente en la pantalla grande. Godzilla y Kong: El nuevo Imperio ya no tiene a las estrellas del título enfrentadas; en esta oportunidad deberán unir fuerzas para detener a una misteriosa amenaza que estaba oculta en la profundidad de nuestro mundo. La irrupción de los nuevos monstruos llevará a batallas colosales, responderá misterios de la Isla Calavera y permitirá el descubrimiento de civilizaciones desconocidas.

Existe algo que se fue creando en Hollywood de forma silenciosa. El MonsterVerse, algo así como un universo compartido creado por Legendary y Warner, agrupa a las películas individuales de Godzilla (Godzilla, 2014; Godzilla II, 2019) y King Kong (Kong: La Isla Calavera, 2017) y el encuentro entre ambos monstruos: Godzilla vs Kong, 2021. Además, como para sumar mitología a estas nuevas entregas, se han lanzado cómics, series y hasta videojuegos dentro del mismo canon; quizás demasiado para una historia bastante simple y que mucho no parece servirles a los guionistas a la hora de construir las nuevas películas. En este nuevo movimiento del MonsterVerse, los productores volvieron a confiar en el querible Adam Wingard. A Horrible Way to Die, Autoerotic, Cacería macabra, The Guest, la nueva Blair Witch o la Death Note de Netflix (alguna vez se podrá hablar de lo erradas que estaban las lapidarias críticas que volaron sobre ella) son parte de la carrera de un director camaleónico y efectivo, mas no efectista, ya que hasta en sus películas fallidas se ha permitido jugar con muchos géneros que se creían intocables.

Que los personajes humanos están pésimamente construidos, que las interacciones parecen escritas por inteligencias artificiales, que la gran amenaza no es tal, que pasa poco y nada entre las peleas de monstruos, que no explican qué sucede entre cada una de las producciones. Estas objeciones a las películas del MonsterVerse se repiten entrega tras entrega, pero hasta sus mayores detractores no pueden obviar algo: cada una de ellas es un deleite visual y los directores han mostrado que es posible, a diferencia del resto de sus colegas que tienen a cargo blockbusters multimillonarios, filmar peleas gigantes y a la vez entender qué es lo que sucede en ellas. Pensándolo bien, los encuentros entre Godzilla y Kong podrían fascinar a Denis Villeneuve, que en declaraciones recientes salió a defender al cine visual por sobre aquel que descansa en los diálogos. Godzilla y Kong: El nuevo Imperio debería ser su película favorita del año.

 

Alejandro Tevez